En la anterior entrada se hizo una reflexión sobre la manera no solo de definir sino de entender lo que es la comunicación. Desterramos la visión que nos la presentaba como un proceso mecánico y pusimos de relieve una serie de ideas (intención, inferencia, representaciones mentales, etc) sin las cuales no se podría comprender en su totalidad. El siguiente esquema (Jakobson) muestra como la tradición ha afrontado el acto comunicativo y los elementos que en él intervienen:
Está inspirado en una descripción sobre cómo se transmite información a través del telégrafo, de ahí que se conciba como un proceso mecánico, incompleto y poco convincente para abordar el tema que nos interesa, la lengua hablada. La pragmática, en cambio, aporta una nueva perspectiva. Aborda la comunicación verbal, es decir, la lengua hablada, en relación a los usuarios y el entorno en el que se produce. De este modo podríamos precisar varios elementos que intervienen en el esquema de Jakobson:
- En primer lugar conviene distinguir ente receptor y destinatario. El emisor construye su mensaje en función del destinatario y no de quien o quienes lo puedan recibir.
-Por otro lado, conviene hablar de señal si nos referimos a apectos estrictamente lingüísticos, como palabras o frases que, por sí mismas, no contienen la totalidad del mensaje ya que éste se sirve de otros factores como gestos, expresiones y el conjunto de representaciones mentales. Estas últimas vendrían a precisar la idea de contexto contemplando no sólo su plano físico sino también subjetivo de los hablantes como sus conocimientos, creencias, intenciones, etc
-Por último la pragmática destaca la inferencia como esa capacidad que interviene en la producción e interpretación de la señal, ese razonamiento que nos permite deducir nuevas informaciones a partir de otras ya existentes.
Estos elementos nos sirven de ayuda para comprender la comunicación en un modo mas completo y preciso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario