miércoles, 24 de octubre de 2018

Sabor a España


Podemos acercarnos a un país a través de los diferentes sentidos, sirva como ejemplo el oído para conocer su música y sus ritmos, o la vista para admirar sus paisajes y su legado artístico. Yo quiero proponeros que descubráis España a través del gusto, a través de los sabores de algunos de los productos más característicos y representativos de su reputada tradición gastronómica.
En la actualidad la cocina española goza de gran prestigio a nivel internacional y muestra de ello es que resulta cada vez más habitual encontrar platos como la paella, el gazpacho o la tortilla de patatas en los menús de cualquier restaurante fuera de España. También es cada vez más normal encontrar tapas más allá de nuestras fronteras. Las tapas son nuestra seña de identidad, una forma de comer variado a base de pequeñas porciones de un alimento o un plato, generalmente en un contexto informal y en buena compañía.




Muchos platos y tapas adquieren una dimensión especial cuando son elaborados o vienen acompañados con productos de una calidad reconocida, protegida y garantizada. En España tenemos motivos suficientes para presumir de un patrimonio gastronómico cada vez más valorado en el mercado nacional e internacional.

Somos un país líder en la exportación de aceites y vinos. De nuestro oro líquido, algunas Denominaciones de Origen como Priego de Córdoba o Rincón de la subbética han conseguido premios y reconocimientos que las sitúan entre los mejores aceites de su categoría a nivel mundial. Por otro lado, los amantes del buen vino pueden encontrar el acompañamiento ideal para sus platos con un Ribera del Duero, un Rioja, un vino de Toro, un Rìas Baixas… las posibilidades son innumerables, aunque la sidra asturiana puede convertirse a veces en una buena alternativa.  Otra forma de acompañar un buen vino es con una degustación de quesos. El queso manchego -producido en la tierra de don Quijote-, el Idiazábal vasco y el queso de tetilla gallego, entre otros, son protagonistas habituales en las mesas españolas.
 

La industria conservera española también cuenta con productos de calidad como las anchoas del Cantábrico o los mejillones de Galicia. Pero si hablamos de alta calidad, singularidad y exclusividad el rey indiscutible es el jamón de bellota, el famoso pata negra: el de Jabugo es famoso por satisfacer los paladares más exigentes. Guijuelo y Dehesa de Extremadura son otras de las denominaciones líderes en este sector y comercializan también otros productos ibéricos (dignos de veneración todos ellos) como el chorizo, el lomo, el salchichón o la morcilla, capaces de transportar al paladar sabores peninsulares a precios más asequibles. Para terminar un consejo, intente acompañarlos siempre de un buen pan, un poquito de aceite, un chato de vino y si es posible, de una buena charla.