lunes, 15 de junio de 2015

Romanticismo, Realismo, Naturalismo y Generaciòn del 98 (survival kit)

El romanticismo es un movimiento que nace en Alemania y se va a extender por Europa a lo largo de la primera mitad del siglo XIX. A España va a llegar con retraso y no va a imponerse hasta la muerte de Fernando VII y el regreso de los exiliados liberales en los años 30. El movimiento romántico va a reaccionar contra la concepción neoclasicista del arte exaltando la libertad creadora del individuo. La exaltación de la libertad y del yo del artista, el subjetivismo, el idealismo, lo irracional, los sentimientos y las pasiones van a situarse en un primer plano. El desprecio a las normas y la rebeldía; la insatisfacción y el rechazo a realidad que no da encaje al mundo interior del artista va a hacer que éste busque refugio en tiempos pasados (Edad Media) o mundos remotos (lejano oriente). El amor, concebido como fuerza irrefrenable e inalcanzable, y la naturaleza, van a configurar entre la temática preferida por los autores románticos. Va a producirse un extraordinario desarrollo de la lírica como género que mejor refleja el ámbito de lo íntimo y la libertad creadora del artista. Se van a poner de relieve las peculiaridades nacionales, no obstante, es un periodo de reacción contra el imperialismo napoleónico y de grandes revoluciones durante las que se forman los Estados-Nación .
Del romanticismo español conviene destacar, por un lado, una vertiente conservadora, de carácter cristiano y patriótica, cuyo máximo representante fue Zorrilla, autor del D. Juan Tenorio. Por otro, destacamos un romanticismo liberal, que defiende las ideas de progreso y revolución frente al orden establecido. Los autores más representativos de este romanticismo revolucionario son: Espronceda, maestro del arte de versificar, autor de El estudiante de Salamanca, El diablo mundo y de la celebérrima Canción del pirata. Y Larra, máximo exponente, además, de la prosa costumbrista, maestro de la crítica y en el uso de la ironía (Colección de artículos, Vuelva Usted mañana). Por último conviene destacar a Bécquer como primer poeta moderno y paradigma de la lírica romántica en sus Rimas, composiciones breves, con una expresión sencilla pero muy emotiva, aunque también sobresaliera como extraordinario prosista como demuestran sus Leyendas.

El realismo es una corriente literaria de origen francés que se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX. Pretende la representación exacta de la realidad a través de una observación minuciosa, precisa y objetiva de la misma. A diferencia del autor romántico, que proyectaba su visión subjetiva del mundo, el escritor realista observa lo que le rodea con fidelidad de notario para reproducirla con la máxima exactitud. Si la poesía fue el género preferido por los románticos, durante el realismo va a experimentar un notable desarrollo el género narrativo: la novela va a ser el reflejo de la sociedad de su época. En el auge de la novela van a concurrir una serie de factores como el triunfo de la sociedad burguesa e industrial y de una nueva mentalidad pragmática preocupada por los problemas inmediatos, alejada del idealismo y la fantasía de los románticos. También va a influir el notable desarrollo de las ciencias experimentales, el positivismo filosófico, la teoría evolucionista y la ideología marxista.

El naturalismo va a caracterizarse por aplicar a la novela procedimientos de la ciencia experimental. El autor va a describir con imparcialidad los comportamientos humanos, que van a estar determinados por el ambiente social, la herencia biológica y el momento histórico. El narrador se va a recrear en los aspectos más oscuros y sombríos de la realidad, apreciandose no pocas veces deseos de crítica social.
La literatura realista en España va a desarrollarse a partir de la prosa costumbrista. La revolución del 68 también va a influir decisivamente en el desarrollo de la narrativa española, ya que el clima de inestabilidad política y confrontación ideológica va a encontrar en la novela su campo de batalla ideal.
Entre las técnicas narrativas podemos destacar el empleo del estilo indirecto libre y del narrador omnisciente, la profundización psicológica de los personajes y las descripciones minuciosas del ambiente en el que se desarrolla la acción. Los temas más tratados van a ser: el amor en el marco de una relación problemática, y el adulterio. La mujer: gran parte de las obras llevan el nombre de personajes protagonistas femeninas. También la oposición entre clericalismo y anticlericalismo; el conflicto entre ciudad y campo; la política y las diferentes realidades regionales. Todos va a ser tratados según la ideología conservadora o liberal del autor.
Los autores más relevantes van a ser: Juan Valera, al margen de los conflictos ideológicos de su tiempo, autor de Pepita Jiménez. Clarín, autor de La Regenta, tal vez, la obra que mejor refleja la sociedad española de la Restauración borbónica. Benito Pérez Galdós, autor de una extensa producción en la que se incluyen Episodios nacionales, una serie de novelas de tesis (Doña Perfecta), otro conjunto de novelas naturalista (Fortunata y Jacinta) y una última etapa de novelas espiritualistas. Emilia Pardo Bazán va a ser la máximo exponente del naturalismo en España con Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza.

La Generación del 98 engloba a un grupo de autores que lanzaron un grito de protesta contra el atraso secular de España y que reaccionan contra la concepción realista del arte, el racionalismo y la moral positivista burguesa de la segunda mitad del s. XIX.
Presentan dos preocupaciones:
1) El alma de España.
Buscan una imagen de España distinta de la consagrada por los tópicos. Intentan desgranar su esencia a través del estudio del paisaje, la literatura y la historia, pero desde una óptica diferente: el paisaje castellano, la literatura medieval y la intrahistoria.
2) Resucitan las inquietudes metafísicas de los autores románticos. Los noventayochistas vuelven a plantearse la existencia como un problema. Todos sienten la necesidad de resolver cuestiones que rebasan el área de la realidad cotidiana y tangible.
Estilo y técnica: Hay que destacar un fuerte subjetivismo que se traduce en estilos muy personales. Un lenguaje sencillo en el que abundan arcaísmos, frases vivas y expresivas. Prima el contenido frente a la forma. Expresión de ideas o emociones que la realidad provoca en la intimidad del autor.
Entre los precursores de los autores del 98 podemos destacar a los regeneracionistas, en especial al granadino Ángel Ganivet. Los autores más destacados van a ser Azorín, Pío Baroja y Maeztu (el grupo de Los Tres) y la figura más representativa el vasco Miguel de Unamuno, autor de Niebla y San Manuel Bueno, Mártir.