jueves, 12 de marzo de 2020

Comentario poema XXXII de Soledades, galerías y otros poemas


Las ascuas de un crepúsculo morado
detrás del negro cipresal humean…
En la glorieta en sombra está la fuente
con su alado y desnudo Amor de piedra,
que sueña mudo. En la marmórea taza
reposa el agua muerta.


Le braci di un crepuscolo morato
dietro il nero cipresseto fumano...
Nella piazzetta in ombra è la fontana
col suo alato e nudo Amore in pietra.
che sogna muto. Nella vasca in marmo
riposa l'acqua morta.



Es un poema perteneciente a Soledades, galerías y otros poemas, una etapa de la producción de Machado en la que se percibe un estilo personal con influencia del modernismo y del simbolismo.
En el texto el poeta ofrece la descripción de un paisaje en el que  proyecta su estado de ánimo y las impresiones derivadas de esa contemplación. Se produce una correspondencia entre lo que el poeta siente interiormente y lo que observa en el exterior durante el atardecer. Una serie de elementos connotan el tiempo que se extingue y la muerte, tema central de esta breve composición.  Por el tono íntimo, melancólico, por la brevedad  de la composición, por la métrica (uso de endecasílabos y heptasílabos con rima asonante) podemos establecer una cercanía con las rimas de Bécquer.


Lo que en apariencia se muestra como una sencilla descripción de una glorieta, constituye en realidad una composición de gran elaboración y de significado profundo: El crepúsculo representa la muerte del día, el tiempo que se acaba, y ese acabamiento Machado lo representa magistralmente a través de referencias cromáticas, que pasan del rojo de las ascuas, al morado del horizonte y al negro del cipresal, una gradación que va de la vida a la muerte, idea esta última reforzada por la presencia de cipreses, árbol típico de los cementerios. Los dos primeros versos constituyen también un hipérbaton en el que el verbo final refuerza el significado de acabamiento: Las ascuas…humean, es decir, se están apagando, el sol se marcha y llega la oscuridad de la noche.


En un primer plano el poeta contempla una fuente con un Cupido. También aquí los elementos que describe el poeta evocan la ausencia de vida: la estatua, el agua que no fluye y descansa sobre el mármol, el silencio, la oscuridad. Todo recuerda la muerte.

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