miércoles, 7 de febrero de 2018

La lírica culta en la Edad Media



En la lírica medieval, al igual que en la narrativa, coexisten dos tendencias: una tradicional o popular y otra culta o cortesana. Estas son las diferencias mas significativas:



Lírica tradicional
Lírica culta
Textos casi siempre anónimos
Hay un autor culto
Canciones breves escritas en versos cortos, se caracterizan por su sencillez y su expresividad
Composiciones extensas cargadas de refinamiento, artificiosidad y cultismos
Se desarrollan en un ámbito rural: campo, aldea, plaza
El marco es típicamente cortesano: castillo, palacio, etc.
Los temas predominantes son: el amor, temas agrícolas, la vendimia, la llegada de la primavera, el carnaval, etc.
La temática gira en torno al amor cortés: el poeta manifiesta su devoción a la dama aunque no espere ser correspondido. Otro tema importante: la muerte como fuerza igualatoria.
Dimensión colectiva de las composiciones
Interés por la individualidad

La lírica cortesana fue escrita casi siempre por autores cultos. Su ámbito de difusión era una nobleza que ya no sólo disfrutaba de las viejas leyendas épicas sino que mostraba cada vez más interés por las letras y la cortesía. Un elemento imprescindible para entender la lírica culta en la Edad Media es el amor cortés, originado en las cortes provenzales durante el siglo XII de la mano de poetas cultos empeñados en la exaltación de un amor humano concebido como el amor incondicional a la mujer. Se escribía en una lengua romance muy cercana al catalán. Se establece un código moral según el cual, el poeta o trovador se convierte en perpetuo servidor de la dama, a la que dedica con respeto y veneración sus artificiosas composiciones. La pasión amorosa hacia la dama ennoblece al caballero convirtiéndolo en modelo de virtudes como la lealtad, la elegancia, la finura o la valentía.
Otro elemento fundamental para conocer el desarrollo de la lírica culta es el prerrenacimiento, es decir, el conjunto de circunstancias que anticipa la mentalidad renacentista de la centuria posterior. Entre las más relevantes podemos citar:

- el desarrollo urbano, del comercio y de una incipiente burguesía;
- el influjo de la cultura italiana;
- la exaltación de la fama en la tierra, lo que anima al artista a reivindicar y a dar a conocer su obra;
- la crisis del mundo y los valores medievales: aparece la fortuna rigiendo el destino y nuevas fuentes de inspiración.

Tres poetas van a destacar sobre el resto: el Marqués de Santillana, que cultivó tanto la lírica culta como la popular.  Juan de Mena, cuya obra cumbre, Laberinto de fortuna, constituye un extenso poema narrativo de carácter alegórico muy influido por la Divina Comedia.  Y Jorge Manrique, que con sus coplas supo inmortalizar la memoria de su padre y sus dotes de poeta, configurando una de las obras maestras de la literatura española.

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