La narrativa es desde hace unas décadas el género literario más
prestigioso de la literatura hispanoamericana, gozando buena parte de sus
autores de reconocimiento universal. Ello ha supuesto un proceso de maduración,
cuyos hitos más relevantes repasaremos brevemente.
Antes del boom podemos
distinguir dos tendencias, por un lado encontramos la novela modernista, en la
que se sitúan una serie de relatos que representan la incorporación de la
estética modernista al ámbito de la prosa. Encontramos así un tipo de novela
artística, de ambientación exótica, artística o cosmopolita, caracterizada por
lo atildado de su estilo y el lenguaje poético. Pero la gran parte de las
novelas hispanoamericana estará dominada por el Regionalismo, una proyección
del realismo europeo orientado a reflejar la variada y espectacular realidad
americana. Entre las manifestaciones más representativas del Regionalismo están
las novelas de la tierra (enfrentamiento del hombre contra la naturaleza
hostil), las de la revolución mexicana y aquellas que tratan de la realidad
indígena.


Ya en los años 30 algunos novelistas comenzaron a adoptar procedimientos de las vanguardias europeas y norteamericana, dando lugar a una impresionante renovación, tanto en temas como en técnicas narrativas.
El boom de la novela hispanoamericana

El resultado principal de esta renovación fue la presencia de
nuevas fórmulas para reflejar la realidad del continente americano. De entre
todas destaca el Realismo Mágico,
también llamado real maravilloso, es para muchos la mejor manera de representar
el abigarrado mundo iberoamericano. Consiste en dotar de dimensiones
maravillosas, irreales y exageradas de la realidad cotidiana, de manera que los
personajes y el lector pasan de lo real a lo mágico sin apenas darse cuenta.
Dijo García Márquez sobre Cien años de
soledad: “Mi problema más importante
era destruir
la línea de demarcación que separa lo que parece real de lo que
parece fantástico. Porque en el mundo que trataba de evocar, esa barrera no
existía. Pero necesitaba un tono inocente, que por su prestigio volviera
verosímiles las cosas que menos lo parecían, y que lo hiciera sin perturbar la
unidad del relato. También el lenguaje era una dificultad de fondo, pues la
verdad no parece verdad simplemente porque lo sea, sino por la forma en que se
diga”

La superstición y las creencias que conforman el imaginario
colectivo latinoamericano se manifiestan en la realidad cotidiana como parte
integrante de ella, como en el fragmento que acabamos de leer en el que los
personajes presencian la muerte y ascensión al cielo de una de las
protagonistas del relato.
Entre los temas más presentes
podemos encontrar la crisis existencial del individuo, la contemplación
de un mundo caótico o absurdo, la figura del dictador, la creación narrativa,
los mitos y la historia de Latinoamérica.
Responde:
1. ¿Qué significó Cien años de
soledad para la literatura hispanoamericana? ¿A qué corriente literaria pertenece y en qué consiste dicha corriente?
2. ¿Qué líneas temáticas sigue la
narrativa hispanoamericana?